La vida en la época de Joseon: el sistema de clases y la situación de la mujer

Al principio, poco después de la fundación de la dinastía, había fundamentalmente dos clases sociales: la de los hombres libres y la de los siervos. La primera se subdividía en nobles y personas corrientes. La manera de subir de clase social era aprobar el examen de funcionario público gwageo y cualquier hombre libre podía dar ese examen. Sin embargo, en los hechos, ganarse la vida era difícil y había que cumplir diversas obligaciones hacia el Estado, como para disponer de tiempo para estudiar para el examen. Por esta razón, la mayor parte de los funcionarios provenían del estrato noble. A partir del siglo XVII, los nobles adquirieron el privilegio de ser exceptuados del servicio militar y entre la clase noble y la de hombres libres surgió una clase intermedia. Esta clase, ubicada entre la clase noble y el pueblo común, estaba compuesta de lo que en términos modernos llamamos profesionales. Eran personas que poseían conocimientos especializados en idiomas extranjeros, medicina y leyes. 

De todos ellos, los intérpretes poseían un gran poder, pues cumplían un rol sumamente importante no sólo en las relaciones diplomáticas sino también en el comercio. La clase mayoritaria era la del pueblo común que se dedicaba a la agricultura. La clase social más baja era la de los siervos. Entre éstos estaban incluidos los esclavos, los bufones y los matarifes de animales. La división de clases era estricta, lo que traía aparejado una fuerte discriminación social y política. Para empezar, las ropas, los calzados y hasta los adornos y colores estaban determinados según la clase social. También el tamaño de las viviendas e incluso los tipos de transporte que cada clase podía utilizar. En la época de Goryeo, los hombres nobles podían tener varias esposas y todas eran todas consideradas como del mismo rango social. Sin embargo, en la dinastía Joseon únicamente la primera mujer era considerada como esposa legal; las demás eran concubinas que no poseían los derechos derivados del matrimonio. 

Naturalmente los hijos nacidos de las concubinas eran objeto de discriminación. Junto a esta discriminación social existía una discriminación genérica. Antes del siglo XVII, las mujeres coreanas vivían prácticamente en igualdad de derechos con los hombres. Sin embargo, todo esto cambió a partir del momento en que el confucionismo se convirtió en la ideología del Estado. Se prohibió que las mujeres acudieran a los templos y a las festividades al aire libre. En caso de salir a la calle, debía cubrirse el rostro y trasladarse en palanquines completamente cerrados. Las mujeres no podían estar a solas con un hombre a menos que fuera un pariente inmediato y en caso de cometer adulterio, la mujer era castigada con 100 golpes de palo. Además, la mujer perdió también los derechos de herencia, pues se determinó que todos los derechos se transmitieran de padre a hijo.